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Duitama, llamada también “La perla de Boyacá”, con un aproximado de 113,105 habitantes, se vio consumida por la alteración de orden público en el mes de julio de 2016 causada por las manifestaciones del paro camionero a las que se sumaron otros sectores como el sector productivo campesino.

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Este paro trajo consigo la inestabilidad económica del país debido a la escasez de alimentos y otros productos en varias zonas del país; por lo tanto, hubo alza de precios en varios víveres, incluso en la canasta familiar, ya que son el gremio que, como lo dice el alcalde de Duitama, es "el que moviliza la economía y bajo esos lineamientos cometió un error grande el señor Presidente de la República al manifestar que tal paro agrario no existía”.

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Debido a los disturbios que se presentaron, no solo en Duitama, sino en todo el departamento de Boyacá, el Presidente Juan Manuel Santos da la orden de militarizar el municipio para restablecer el orden, que, según el alcalde, se logró con el apoyo de las fuerzas militares dado a que el paro se había tomado las principales calles del municipio bloqueando la movilidad dentro del mismo. Los sitios que se vieron afectados por este hecho fueron las avenidas y lugares que usualmente cuentan con un flujo significativo de personas y que, además, conectan la ciudad: la avenida de las américas, avenida 42, el parque central y la cuadra a la redonda.

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Sin embargo, esta situación conmocionó a los ciudadanos y los enfrentamientos entre las fuerzas militares (con tanques de guerra, armas de alto calibre y explosivos) y la población civil que apoyaba el paro (desarmados, algunos explosivos, armas blancas, sin la artillería militar) dejó como resultado un muerto, Luis Orlando Saiz de 27 años que, según testigos, fue asesinado por un agente del Escuadrón Móvil Antidisturbios (ESMAD), que sin razón alguna le disparó en la cara. Las autoridades se pronunciaron al respecto asegurando que el motivo de la muerte del joven fue por la manipulación de explosivos y, hasta hoy, este suceso no se ha esclarecido por la justicia Colombiana y ha quedado archivado, sumándose a los numerosos procesos de impunidad.